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Esta es la historia, Un Gurú muerto de hambre.

Writer: Andrea Motta, la voz de Amargi.Andrea Motta, la voz de Amargi.

Updated: Apr 15, 2024


Me reía con mi amigo Pepe mientras viajábamos por esas bellísimas colinas que parecían un sueño hecho realidad. Él es un adulto mayor norteamericano que me acompañó en una de las odiseas más increíbles de mi vida; estuvo conmigo hasta el final y me ayudó a escaparme de esa casa, casa en la que vivíamos con el Gurú. Me acompañó a enviar unas cajas por correo y me llevó al aeropuerto el día que el señor aquél se había tomado una semana fuera de la casa.


El día que me fui, Pepe lloraba, a él se le había caído el mundo a pedazos. Por más de 35 años vivió su vida entre India y EEUU acompañando a quien pensaba que era el mejor hombre del mundo, su Gurú. Así me lo dijo cuando yo había aceptado lanzarme al vacío de dedicarme a la asistencia del Gurú. Me dijo que no tuviera miedo, que no podía estar mejor acompañada. Ese día, camino al aeropuerto, los ojos de Pepe decían que se le había venido abajo todo su sistema de creencias y estructura de vida. Esto sucedió así porque junto a mí, vivió unos meses que empezaron siendo soñados y terminaron siendo casi que una pesadilla.


Mientras me llevaba al aeropuerto, llorábamos y reíamos. Él estaba feliz porque yo podía alejarme de ese hombre y de esa casa. Y yo, sin entender mucho lo que me había pasado, estaba dejando un hermano, que aunque casi 40 años mayor, fue la mejor compañía.

Cuando me subí al avión no podía creer lo que me estaba ocurriendo, ¿qué iba a decir? La verguenza me acompañaba y creo que hoy todavía me acompaña. ¿Cómo contarlo todo? ¿Cómo justificar haber hecho parte de tanto? Ese vuelo tenía como dirección la casa de mis padres. Mi mamá medio conocía la historia, pero mi papá no tenía ni idea.

Tenía mucho miedo, pues por más de que había intentado decirle a aquél hombre Indio de 88 años que me iba a regresar a Nueva York, él parecía no entenderme. Como última opción decidí escribirle un correo electrónico y decirle que simplemente me había ido. Le di enviar cuando estaba sentada en el avión. No quería darle tiempo para que me alcanzara a el aeropuerto, con Pepe temíamos que hiciera algo para no dejarme viajar.

No lo voy a negar, tenía mucho miedo de su reacción, sabía que era un hombre poderoso de temperamento fuerte, y sí, también tenía miedo de estar cometiendo un error, pues en ese momento ese hombre parecía tener todo el conocimiento del mundo.

En ese momento hasta pensaba, ¿debí haber aceptado todas sus proposiciones? ¿será ese bendito y famoso ego el que me está haciendo huir de aquí? Tantas personas querían estar en mi lugar y luchaban por conseguirlo, ¿y yo me estaba volando de allí? Tenía mucho miedo y por momentos la contradicción que envenena estaba 100% presente.


El tiempo que viví con él jamás sentí un quebranto de salud, gané fuerza, engordé, me sentía en un estado tan distinto que jamás había conocido. Estaba viviendo una película soñada. Los estados expansivos de consciencia y los alcances de una mente cargada de magia era algo simplemente natural. ¿Me estaba escapando de todo eso? Por supuesto, también me estaba escapando de ofrecimientos económicos que me iban a cubrir posiblemente por el resto de mi vida, también de un trabajo y de una posición de poder.


Sí, me escapé de allí en medio de contradicciones y muchos miedos. Hoy, después de más de un año, lo celebro.

Hoy siento que ni siquiera lo decidí yo, fue como un viento que me llevó y que me trajo de regreso. Cuando regresé empezó un huracán que ha sido muy tempestuoso de navegar. Al mirar atrás, no encuentro nada familiar. Quien regresó a casa de sus padres estaba muriendo. Desde allí han sucedido tantas bombas atómicas que no ha quedado nada, ni siquiera cenizas.


En honor a la vivencia y en honor a todo lo que en la actualidad representa la figura del Gurú y el sistemas de creencias para la evolución espiritual, quiero compartir una partecilla de la historia en la que viví y asistí a un Gurú Indio. Para mi ya es como un cuento de hadas y este escrito es casi que el candado final de un pasado del que solo quedan cicatrices.


Para ese momento en el tiempo, durante el año 2021, llevaba varios años estudiando filosofía oriental, especialmente una corriente del Yoga dedicada a la respiración, textos antiguos que me generaron fascinación total. Al finalizar la pandemia me encontré buscando en internet un calendario especializado para la práctica personal del Yoga de la respiración, una guía de tiempos tradicional que nació en India y que está basada en ciclos lunares y solares. Esta búsqueda hizo que me encontrara con un afamado anciano practicante y aclamado yogui. Encontré su página web y disponibilidad e inmediatamente llamé. A los diez minutos estaba conectada a zoom para conocer a un anciano con rasgos indios en la pantalla. Me preguntó mi fecha de nacimiento, me miró detenidamente y me hizo una corta entrevista.

A los días llegué a su casa entre el bosque, realmente era una mansión. Tenía vidrios en vez de paredes, la entrada de luz era espectacular. Cuando golpeé y me abrieron, había algo muy particular, no había ruido. Eso concordaba con las especificaciones que me dieron para la visita: tomar un baño especial, llevar ropa que no hiciera ruido y, además de todo, llevar una muda de ropa adicional de algodón para cambiarme cuando llegara.



Entré a la casa, me cambié en el baño y, Pepita, -la asistente del profesor-, me llevó a un cuartillo, me sentó en una silla que estaba en frente de una mesa pequeñita.

Momentos después, a mi derecha, siento que va llegando alguien por el corredor largo. Allí veo un hombre anciano alto, elegante, con un ropaje de características Indias y con varias pashminas encima. Para tener la edad que tenía en ese momento, se veía demasiado conservado, cargado de energía y vigor. Un olor a jazmín lo rodeaba.

-¿A qué es lo que has venido? -se sentó y me miró. Yo no sabía qué decir. Había quedado congelada allí ante tanta parafernalia y ante semejante figura, este hombre me parecía salido de los cuentos del Ramayana. Le dije que tenía preguntas sobre la anatomía sutil y que había visto que en su libro hablaba de Kundalini. - ¿Qué diría Shankara sobre Kundalini? -me respondió. Me reí y él se rio. Hablamos un par de minutos sobre la Upanishad y sobre las enseñanzas del Vedanta.


-Has venido solo por una cosa -me dijo el anciano. -Quítate las gafas, cierra los ojos, tardará solo 30 segundos. Es una corta meditación.


Yo estaba a cuatro pies de distancia de este hombre, él en su silla y yo en la mía, en medio solo estaba esa mesilla que tenía una lámpara bellísima, una antigüedad India, nada más. Con temor, cerré los ojos. Me dije, ya estás aquí, ya qué, me rindo a lo que sea.


Esos 30 segundos duraron una eternidad. No sé qué sucedió allí, no hay ni una sola memoria de lo que sucedió. No había tiempo entonces no quedó ninguna cicatriz en mi memoria.

¿Qué decir?

Ni siquiera vacío porque no era vacío. Lo único que tal vez recuerdo es que, cuando inició la meditación, sentí como si una oleada de viento hubiera llegado a mí, nada más. Luego me perdí. Yo no estuve más y desde allí empezó la transformación, Andrea empezaba a morirse.


-Abre los ojos, eran solo 30 segundos -así me despertaba de ese extraño trance al que estaba ingresando.

-¿Cómo te sientes? ¿Recordaste? ¿Qué memorias vinieron? -me preguntó.


En ese momento, que fue un segundo, sentí que algo dentro mío se reventó, no sé qué fue. El cuarto en el que estaba se transformó, ya no era ese lugar. El hombre que estaba delante mío, ya no era ese hombre, era otro, se había transformado. Lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas y una extraña sensación de haber encontrado lo que jamás había estado buscando me sobrevino.


Parpadeaba y miraba a mi alrededor a ver si había algún bebedizo. No había nada. -No temas, todo está bien. Respira -me dijo al verme desconcertada, mirando a mi alrededor y parpadeando como quien no sabe dónde está. -A eso has venido, a nada más. Es como encender una lámpara, lo demás es añadidura.


Desde ahí no volví a pronunciar palabra.


-Pero como este centro se dedica especialmente al Tantra y particularmente al trabajo sobre los Chakras, déjame hacerte la revisión por la que inicialmente has venido.


En un papel que me entregó me describió desde lo que él llama las vidas pasadas, el nacimiento de esta encarnación y toda mi vida hasta el momento presente. Punto por punto. No sabía que eso era posible y tampoco sabía que eso me iban a leer. No hice muchas preguntas, estaba atónita y seguía bajo un estado alterado de consciencia.


Ese señor estaba describiendo mi vida sin que yo le hubiera dicho palabra, me explicó situaciones que jamás pensé que alguien me las explicaría y el por qué de tantos sucesos en mi vida desde la primera infancia.


Me dio indicaciones de dieta basada en ayurveda, un mantra para cantar al amanecer y atardecer, me indicó las purificaciones que debía realizar, me habló del nivel de un viento llamado apana en mi cuerpo y nos despedimos. -Te veo en cuatro semanas.


Salí y Pepita me dio más indicaciones. Me explicó de la lectura de nadis y chakras y dónde había qué o qué en mi cuerpo y lo que debía hacer. Me explicó los ciclos de los vientos en mi cuerpo y lo que debía regular. Ella hablaba y hablaba y yo la miraba desde una distancia muy particular, aún me sentía en un extraño trance.


Llegué al carro, me quedé dormida de regreso a casa, luego dormí hasta el día siguiente sin parar. Jamás había dormido tanto y tan profundamente. Al día siguiente, cuando desperté, sentía una extraña urgencia de irme a donde ese señor, así fuera de voluntaria para servirle. No sabía de dónde venía eso, cómo ni por qué, pero tenía que estar allí. Sentía un gozo inexplicable en el corazón, y algo muy particular, sentía como si el deseo sexual se hubiese apagado completamente, esto generó cambios en mi forma de vestir, posturales, y de pensar. El sexo ya no estaba en mi pensamiento, ni siquiera de forma silenciosa y disfrazada. Se había corregido inmediatamente una lordosis marcada en mi columna.


Me inscribí a clases online con ese hombre, escucharlo cantar y aprender a navegar las notas musicales en sánscrito con él fueron un regalo inmenso. Estuve en contacto con él a través de las clases desde que le conocí, pero en ese entonces no conversamos o tuvimos algún encuentro directo.


Pasadas las cuatro semanas llegó el día para ir a visitarlo de nuevo, entré, me explicó el efecto del mantra que él me había dado, me mostró cómo había modificado el comportamiento de ciertos nadis o corrientes energéticas en mi cuerpo, cómo se habían abierto nudos y cómo se había desenvuelto todo. -¿Habría alguna manera en la que yo pudiese colaborar en algún voluntariado? -le pregunté.

-Claro, habla con Pepita. Así me despedí nuevamente de este hombre elegante y misterioso. Cada vez que estaba en la misma habitación conmigo el ambiente cambiaba, era algo diferente, ese hombre era como un mago.


Hablé con Pepita y a los días terminé mudándome a esa casa. En ese lugar el silencio era impecable y si había un sonido era el del mantra. Ni siquiera en la cocina se hacía ruido, en ese instante empezó mi aprendizaje vivencial yóguico.



Una de mis labores fue sumergirme en los apuntes de él y de otro renombrado maestro tántrico Indio. Tantra en pergaminos, libros sagrados, había que organizarlo todo, escanear, tomar fotos, grabar audios, escribir artículos, era la biblioteca soñada. Luego veía todo eso en acción mientras vivía en esa casa.


En ese momento no tuve contacto directo con él, él vivía siempre en silencio en su habitación, si salía no hacía ningún sonido en absoluto, tal vez hablaba un par de cosas con Pepita y ya. En la casa iban y venían voluntarios, practicantes, estudiantes, visitas, entrevistas, fotos, ... por esos días conocí a Pepe, él era uno de los recurrentes voluntarios.

De allí viajé a la Florida, iba a realizar una profundización en la práctica, el profesor me había invitado a largas semanas de puro sadhana. En Florida todo cambió. En medio de las semanas de práctica, el profesor me pidió que me convirtiera en su asistente. Allí recibí un cercano entrenamiento respecto a todo lo que significaba ser la asistente y cuasi sombra del profesor. Desde acompañarle al despertar, hasta llevarlo a su dormir. Era volverme como su doble, pero trasparente, debían verlo a él, yo solo era su sostén.

Debía cuidar de él y ser el filtro entre él y el mundo. Debía traducir sus enseñanzas. Debía estar ahí disponible para cada clase y ser la energía femenina que permite que la energía masculina se manifieste. Eso fue lo que me dijeron.

Es decir, debía dedicarme a él por completo.


Él solo había tenido un par de asistentes durante su vida, las anteriores a Pepita habían sido sus dos esposas. Era algo muy "especial". Me decían que era una labor cargada de devoción. Mi inocencia me llevó por esa senda, dije que sí sin saber a lo que me estaba exponiendo, solo sentía un claro jalón por el servicio. Él me parecía que era un anciano que no era intelectual, tampoco un brujo, era algo particular. Se daba cuenta de todo, me corregía todo el tiempo y también me guiaba, me daba muchas lecciones en todo momento. Me explicaba sobre sus estudiantes, el proceso de cada quien. Me mostraba el movimiento sutil de energía. Para ser sincera, ese hombre me dio acceso a un conocimiento que en ese momento consideraba invaluable. Eso sí, como es usual en India, él era muy duro, decía las cosas tal cual eran sin ningún adorno.

Además de recibir mi nuevo "puesto" durante la estadía en la Florida, la inmersión en Tantra fue bellísima, sin palabras. Tantas experiencias, tanto lo conocido y tanto lo reconocido.


Cuando regresamos de la Florida, iniciaba una mudanza, el centro se trasladaba a muchas millas de distancia. El plan era que él y yo emezaríamos una nueva fase, había depositado en mí una confianza que jamás había visto. En ese proceso de la mudanza Pepe decidió irse con nosotr@s, ahora éramos tres adultos mayores y yo.

Meses después, cuando finalmente nos acomodamos en la nueva casa, empezó una nueva etapa.


Él se dedicó a trasmitirme enseñanzas a través de la palabra y de sus manos; se sentaba conmigo en una pequeña cabaña que estaba al lado de la casa. Quedaba en un valle abierto donde se escuchaban los pájaros, danzaban los conejos y de vez en cuando pasaban los coyotes. Yo me sentaba en una silla y él de pie, me ponía las manos en los hombros y en la cabeza, algunas veces en las palmas de mis manos. Yo quedaba como en otro mundo, me reía a carcajadas por largo tiempo, me sentía en gozo total.

L@s estudiantes empezaban a llegar, se quedaban una semana o dos, practicaban y hacían servicio voluntario, y en ese momento empecé a darme cuenta... ¡de tanto!


Ya me había convertido en su sombra. Lo veía todo. Aún estando bajo esos estados alterados de consciencia, que no eran nada amargos, podía ver lo que estaba sucediendo. A algun@s estudiantes les cobraba un dinero, a otr@s, otro. Si veía que tenían mayor capacidad de pago, más les ofrecía y los servía mejor. A los que no, cambiaba. Pedía donaciones a tod@s diciendo que tenía muy poco dinero y que teníamos que crear una fundación para toda la vida en la que se hiciera difusión de todo su conocimiento. Al conocer sus estados bancarios, en los que también me había puesto como su beneficiaria y administradora alterna, no entendía por qué decía lo que decía. En ese momento me parecía que sí debía conservarse su conocimiento, pues veía que en occidente este tipo de información era casi nula, solo se tiene acceso a un pequeño porcentaje través de escrituras sagradas. Yo estaba presente en todas sus consultas y atendía junto con él a sus consultantes, me era inevitable ver cómo tantas personas estaban siendo beneficiadas por él. Aunque debo admitir, no estaba de acuerdo en su forma de dirigirse a sus consultantes; parecía que él viviera la vida por ell@s, les daba indicaciones de cómo hacerlo todo, en todo momento... pero bueno, también pensaba, si a él le funcionaba y la gente estaba contenta, ¿qué mal podría haber allí?


Y algo más, posiblemente te va a asombrar así como much@s se asombraron al escucharlo, ...Yo pagaba mensualmente un par de miles de dólares por estar viviendo en esa casa teniendo la oportunidad de hacer Guru Seva, servicio al Gurú. Cosa que después supe que nadie lo sabía y, que, además, nadie podía saber. Eso si, él lo ocultaba muy bien. Lo más curioso era que a Pepe le cobraba más que a mí porque él recibía una pensión grande del estado. Cuando me di cuenta de esto, empecé a sentirme muy incómoda. Me empezaba a oler mal.


La verdad era que, ¡No entendía nada!


No entendía cómo era posible que alguien con tales capacidades y conocimientos estuviera haciendo esto. Yo daba clases online de Astrología y Filosofía, seguía trabajando de ladito con la empresa familiar de Astrología y así podía costearme mi estadía en ese lugar. Era muy pesado para mi, tenía que doblarme en tiempo, trabajar aquí mientras servía allí. Con el paso de los días se puso todo muy pesado, me preguntaba si iba a ser capaz con tanto y si todo ese esfuerzo realmente era necesario.

¿El acceso al conocimiento cuesta tanto? ¿Cuánto valoramos el conocimiento? ¿Para qué? Much@s llaman al conocimiento poder, tal vez eso era lo que secretamente me impulsaba. Hoy lo veo como algo sin sentido y solo fuente de corrupción.


En el momento lo veía como algo muy puro, muy bello. "El conocimiento, lo más alto".


Hoy lo veo y digo, es lo mismo que aquell@s que buscan con ambición cualquier piedra preciosa. Lo equivocado es creer que la ambición por el conocimiento sí es santa y lo justifica todo. Por el acceso al conocimiento, permitimos hasta el abuso.


¡Si supiéramos que nadie nos puede revelar lo que somos, más que nosotr@s mism@s!

Pero eso sí, si queremos poderes, si queremos dominancia, si queremos perpetuidad y eternidad, bueno, eso es otra cosa.


¿Será que confundimos la famosa iluminación con eso?


Admitir que nos mantenemos en la búsqueda de poder, es una gran sanación. Verlo es ver por qué seguimos y por qué en secreto o públicamente, queremos ser seguid@s.


No es chiste que ahora Instagram con sus seguidores de seguidores sea una de las redes sociales más prósperas.

Regresando en el tiempo, a aquélla vivencia, recuerdo cómo me empecé a dar cuenta de todas las mentiras que él decía, que le decía a sus estudiantes de tantos años, a su familia, a mí, a Pepe. Medía todo lo que Pepe y yo comíamos, y se aseguraba que él siempre comiera mejor que nosotr@s, compraba su mercado diferente al de nosotr@s, se percataba siempre de lo mejor y más para él, hasta pasando por encima de nosotr@s.


"El tenía que cuidarse más que el mundo entero, pues nadie más en el mundo poseía tantos dones que la humanidad puede usar a su favor".


Cuando alguien visitaba, estudiante o voluntari@ o familiar, él no mostraba ese comportamiento.


Era un asombro cada día, parecía que Pepe y yo nos encontrábamos con alguien que en privacidad se comportaba como un ladrón y, que, cuando salía al público era un Gurú con más de un poder.


Con el tiempo se hizo menos amable con Pepe, es más, lo trataba a las patadas. Lo peor era que conmigo no. Yo me molestaba mucho e intentaba decir algo al respecto, pero él siempre me cerraba cualquier conversación. Sufría de ver a Pepe haciendo trabajos pesados, él ya era un adulto mayor.


Durante esos días tuve muchos momentos incómodos porque también empezó a decirme que yo era muy "colombiana", que la mujer latina era muy "ofrecida", que por su calidez daba el mensaje equivocado y que después no tenía por qué molestarme si algún hombre se insinuaba. Casualmente esos días teníamos la visita de un estudiante de sexo masculino que parecía estar interesado en mí. El profesor se enfureció muchísimo, me empezó a decir que cambiara de ropa, me dio unas Kurtas muy anchas para que me pusiera, me dijo que no mirara a los hombres a los ojos, que no los tocara, que no estuviera a menos de tres pies de distancia, y, que mucho menos me les hiciera a su lado izquierdo. Que no sonriera tanto y que por favor me mantuviera al margen porque entonces luego era mi culpa que esos hombres se me acercaran. Me dijo que en su tradición las mujeres no debían abrazar a los hombres porque ellos entonces sienten nuestros pechos y así se da el mensaje equivocado, que eso era una insinuación sexual.

Que las mujeres latinas debíamos recibir consejo de las mujeres indias que siempre se mantienen al margen, ellas ni hablan, "cuidan mucho su sonido", que ellas tenían mucho más pudor. ... Que ellas eran mejores mujeres.


Para ser sincera, esos intercambios me ocasionaron lágrimas y mucha frustración; en Colombia había trabajado en prevención de violencia contra la mujer, trabajaba especialmente con mujeres prostitutas y víctimas de tráfico humano. Pero en mi pensamiento lo alcancé a justificar un par de veces acusando a su diferente paradigma y proveniencia. Hoy me doy cuenta, la pasividad del relativismo puede ser la violencia más dolorosa.

Recuerdo que un día iba a salir acompañada de un estudiante, cosa que nunca terminó por suceder, pues el profesor me lo prohibió con un regaño muy fuerte.

Me gritó que si estaba loca y que si no conocía las intenciones de los hombres hacia las mujeres. Esos días no sabía si irme o quedarme, me sentía muy contrariada.

Lo que era un paraíso se estaba convirtiendo en un mundo muy incómodo, limitante y oscuro. Mientras eso sucedía, seguíamos dando clases y yo seguía trabajando de lado con lo mío porque tenía que pagar.


Él me decía que debía cobrar cada vez más y más a l@s estudiantes por sus servicios y por los de la escuela, pero me negué a hacerlo, no quería hacer parte de eso, no quería aprenderlo, no estaba de acuerdo. Esto me llevó a tener varias discusiones con este hombre. Debo decir que eran discusiones que pasaban rápido ya que él era capaz de encantar serpientes.


Aún así, ya se empezaba a cocinar en mí el cansancio y el deseo de no querer seguir en esa casa, la contradicción es un veneno doloroso. Todo esto que estaba aprendiendo y todas estas bellezas con el sonido, un lugar paradisiaco, l@s estudiantes, me generaban dudas, parecía algo soñado... pero luego me preguntaba, ¿quién es este hombre? Tan horrible, pero a la vez tan especial. Era un encantador.

Al final Pepe lloraba diciendo que era una estafa y de las peores.


Por momentos me cuestionaba, ¿será que al estar aquí estoy siendo parte de esta corrupción en nombre de la espiritualidad?


No quiero hacer parte de eso, simplemente me siento incapaz. Pero había algo que me ataba a él y a ese lugar.


Este proceso interior lo compartí con un par de estudiantes con quienes hice lazos de amistad, les preguntaba, ¿qué es esto? Me decían ¡ah! Sí, ya lo sabemos, (susurraban que aún yo no sabía nada), y su consejo era, "es que no debes confundir al maestro con el hombre".

Para mi esa frase era terrible y me causaba molestia, ¿por qué están diciendo esto? Paarecía que a ell@s lo que les interesaba era el mar de conocimiento, les interesaba el efecto de sus poderes en ell@s. Tod@s se sentían tan bien con él que no querían perder el acceso, además decían estar evolucionando mucho en su camino espiritual. Me decían que definitivamente lo que él hiciera o deshiciera no era de su interés, que esa era la vida privada del profesor.


¡Qué contradicción! ¿Esto era real?


Entonces pensé, somos como drogadict@s, pero en este caso de magia, de cantos, de enseñanzas. Y no importa lo que tengamos que hacer o aguantar para tener acceso a ello.


Me decían que un@ de ell@s se había curado de cáncer, otra había salido de otra enfermedad, otr@ había salido de la esquizofrenia,... Que muchos habían tenido revelaciones, conocían hasta todas sus vidas pasadas y habían obtenido ciertos poderes yóguicos. Alrededor del profesor era usual entrar en Samadhi. ¿Qué tiene que ver todo eso con el proceso de autoconocimiento? ¡No lo sé!


Pero en nuestro mundo actual, ¿Quién querría soltar eso? Al proponerlo, yo era la loca. Era mi ego. Era que yo no quería estar allí más porque no podía con la vida de Ashram.


Me sentí sola en mi sentir.


Cuando decía que me iba, también veía la alegría en l@s antigu@s estudiantes, luego vine a comprender que tod@s querían ocupar mi lugar.


En el mundo tanto criticamos y lloramos la corrupción, pero ¿caemos en estas actitudes? ¿Qué sucede en el ser humano que ocurre esto?


Yo no lo aguantaba más, era una desilusión muy profunda y además muy dolorosa. ¡No era posible! Pero a fuerza me lo negaba hasta que una cosa más sucedía.


Su vanidad y orgullo no tenían límite, lo veía reflejado en l@s estudiantes más cercan@s en su forma de tratarme y de tratar a las personas que iban de voluntarias y es más en cómo trataban al mundo que no estaba "al nivel". Era como un elitismo espiritual.


Que cosa más dolorosa.


Como el profesor me había puesto por encima de tod@s sus estudiantes, ell@s quedaron muy molest@s, ¿quién era esta aparecida? ¿Por qué ella y yo no?

Para mi sorpresa me encontré con juegos de poder, trampas, mentiras y, querían quitarme del camino para poder tener acceso a él. Él era como un vellocino de oro.


Me dejé empujar muchas veces porque para mí no tenía sentido esa lucha.

¿Acaso el interés no era el autoconocimiento?

Para mí esta parecía una empresa más en donde los empleados luchaban por llegar al presidente. Fue una gran tristeza pero una gran revelación.

Por mucho tiempo viví en un mundo ideal que no cuadraba con la realidad de los hechos. Tal vez estaba demasiado tierna para aceptar la realidad que huía a los ideales del pensamiento.

Ideales que corrompen, y que por eso permiten situaciones como estas.


¿Será que estamos buscando en lo que llamamos espiritualidad un escape de la realidad actual?


En medio de tanta contradicción, ¡me había decidido!, le iba a decir al profesor que me iba porque no podía trabajar y servir al mismo tiempo.

Me había desgastado.

Llegó el día que me llené de fuerza y le pedí que habláramos, fue así porque yo nunca me senté a conversar con él, siempre era él quien se dirigía a mí.

Subí a su habitación y con el respeto que ahora se estaba tornando en miedo, le dije, siento que no puedo seguir con esto, me estoy quemando. No puedo trabajar para ganar el dinero y seguir trabajando para él y su centro. Él me aclaró que eso no era trabajo, que era servicio desinteresado: -Lo había estado pensando, dame el dinero que tengas ahorrado y renuncia a todo tu trabajo, no vuelvas a enseñar nunca, quédate a mi lado y dedícate sola y únicamente a mi, yo me encargaré de todos tus gastos y necesidades -me dijo mientras me miraba y me hablaba de cierta manera que yo me sentía incapaz de decirle algo. Solo pude decir bueno, pero yo necesito dinero para mis cosas. -¿qué necesitas? Lo que necesites yo te lo daré y más.


Solo tenía que guardar silencio y dedicarme a él ciegamente.


Fue una conversación muy extraña, me miraba con sus ojos penetrantes, ese olor a jazmín era fuerte e hipnótico, y con una voz muy dulce pero radical, me hacía esa propuesta.

Lo voy a intentar le dije. No supe ni de dónde salió esa voz que le dijo que lo iba a intentar. Pero sí, esa era mi voz.

-Inténtalo, pero si no te parece, pues nos reorganizamos y ya.


Salí de su habitación en un extraño estado, no sabía lo que me había pasado, ni lo que había aceptado. En el fondo sentía que todo eso estaba muy mal y que de alguna manera me estaba comprometiendo a él como su mujer, como si yo fuera su esposa/esclava o algo así. Cuando me escapé y empecé mi proceso de corte, me di cuenta de la "nube" que había sobre mí, pues por más que yo me había dando cuenta de las cosas que sucedían, yo estaba completamente impedida para actuar o decir alguna palabra.

A Pepe le pasaba algo similar y también le era difícil hacer o decir nada.


A partir de ese momento la situación se puso más y más tensa.

Él empezaba a decirme cosas tales como "vivir con el Gurú es el Sadhana o la práctica más fructífera" están recibiendo las emanaciones de su energía y con eso es suficiente para la liberación, mucho más con un Gurú que tenía tantas capacidades o poderes, -basándome en la jerga del Yoga-, como él. Uno de sus poderes generaba efectos en el entorno, en las personas, en los animales, en las plantas, en fin... era un espectáculo verlo. Él lo sabía, entonces nos decía que el simple hecho de verlo en vivo y en directo todos los días costaba millones, cosa que ni Pepe y yo podríamos jamás pagarle. Era algo que debíamos tener muy en cuenta.


Cuando él hacía ese tipo de comentarios se me paraban los pelos de la incomodidad y la molestia que me daba. Solo pensaba, tengo que irme de aquí, tengo que encontrar la manera de ganar la fuerza.


Con el paso de los días empecé a darme cuenta que el señor se comportaba más y más cercano, con un tanto de ternura que yo no entendía. Me cocinaba, me invitaba a comer, y yo lo aceptaba, pues en ese momento no imaginaba que además de todo, él tenía intereses sexuales hacia mí. Me parecía insólito que alguien como él y de su edad quisiera estar íntimamente conmigo, él es 50 años mayor que yo. Me daba regalos y también me celaba.

Mis sospechas empezaban a crecer, ¿será que él tenía algún tipo de interés adicional conmigo?

Lo compartía con Pepe pero amb@s no podíamos creer que el anciano estuviera pretendiéndome, eso sería la cereza sobre el pastel de una cantidad de circunstancias que ya eran impasables. Si las letras me alcanzaran para contar cada suceso que aconteció, saldría un libro de más de 3000 páginas, las reflexiones fueron inmensas; el aprendizaje fue incomparable así como las consecuencias de todo esto.



Para ir terminando con la historia, que aún falta lo más entretenido para el pensamiento mágico, paso a contarles la parte aún más inesperada de todo esto.


Empezó por decirme que venían estudiantes de todo el mundo para realizar ceremonias tántricas, ceremonias que permiten liberar ciertas memorias en el cuerpo energético y, además, recordar sus causas, en este caso, vivencias de encarnaciones pasadas. Él me ofreció las ceremonias, yo le dije que no me interesaban, no veía la necesidad de eso. Todos los días venía con un cuentillo más sobre lo que pasaba con sus estudiantes en esas ceremonias, y un día me dijo, ummmm, a las mujeres les da tanto miedo invocar a su Shakti, ¡será que les da miedo quedar embarazadas!

Lo miré y no dije nada, no entendí lo que él estaba diciendo. Ahora que veo para atrás, siento, ¡más obvio imposible!


En fin, esos comentarios quedaban de lado hasta que un día, después de ponerme las manos, me dijo, ten esta imagen de Ganesha, es mi imagen personal, por favor ponla debajo de tu almohada esta noche, mañana después de la práctica de la mañana me la pasas. Así fue, yo puse a Ganesha allí debajo de la almohada y se la pasé al día siguiente. A las cuatro semanas me dio una manilla con imágenes del panteón hindú, me dijo lo mismo, ponlo debajo de la almohada por un par de noches y luego me la traes por favor. Así fue.


Y yo, ¡no pregunté nunca nada! Ni un para qué, ni un por qué, ni un por dónde. Parecía que yo estuviera ausente. Simplemente hacía lo que él me decía y no me nacía la menor duda, así estuvieraa dudando. ¿Sería por que tal vez me encontraba entre estados alterados de gozo profundo y también de angustia? Era una danza contradictoria.


En las noches, mientras estábamos en el comedor, él me llevaba por universos insospechados, era como vivir una vida de cuento. Un cuento oriental. Entre cantos y silencios vibrantes visité tantos universos que no podría nunca describir.


Los días pasaban y llegó un día en el que él estaba dando una clase y yo lo asistía; allí me preguntó que cuál había sido mi experiencia; al describírsela me dijo que me iba a dar un amuleto para ver eso cómo afectaba mi desenvolvimiento personal. Yo no dije nada, no me interesaban sus amuletos, además muy bien sabía que cada uno de sus amuletos eran muy costosos y yo no estaba dispuesta -ni podía- darle más dinero.


A los días me dijo, muy pícaro, "yo sé que estás con mucho deseo de tener una ceremonia para recordar las vidas pasadas y especialmente para saber de dónde viene esta conexión entre nosotr@s". No le dije nada, pues no era cierto, yo no quería saber nada de eso. Pero como estaba "hechizada" y poco podía decirle a este hombre, no dije nada. Me dijo que fuera al baúl donde tenía sus amuletos y me pidió tomar una sortija de oro con una piedra de Hassonite, una piedra roja. La piedra de Rahu, me dijo que la pusiera debajo de la almohada el día de la noche más oscura del mes, y, que al día siguiente me pusiera el anillo, después del amanecer.

Como era costumbre, así lo hice.


Esa noche la historia tomó otro giro.

A partir de esa noche empecé a vivir cosas que son de difícil explicación.


Cuando salí de la habitación del anciano, después de recibir el anillo y dejarlo a él durmiendo, me fui a mi habitación como era costumbre.


Me bañé, me puse la pijama, puse el anillo debajo de la almohada y me acosté. De repente, lo que no me sucedía en meses... sentí el deseo sexual súper activado, era tanto que era desesperante. Me sentía como si estuviera bajo el efecto de una droga. Después de dar muchas vueltas en la cama, me quedé dormida. Y entré en el mundo de la fantasía onírica real.


Empecé a soñar, me veía en una casa con Pepe donde le decía que por favor si venía un hombre de tal semblante, no me dejara ir, pues ese hombre me iba a hipnotizar y me iba a llevar con él. En el sueño llegaba la noche y con la penumbra llegaba este hombre, parecía drácula, el de las películas. Era el hombre más sensual que jamás había visto en mi vida, pelo largo y ondulado negro azabache, su tez muy blanca y una cara con rasgos muy masculinos pero con delicadeza, las cejas abundantes, ojos negros y nariz aguileña; estaba vestido muy elegante, tenía una camisa blanca de manga larga, con los botones superiores desabotonados y un pantalón negro, su cuerpo era esbelto y su estatura era muy alta. Cuando este hombre llegaba a la casa en el sueño, me dijo el nombre de mi profesor, y con su mirada me llevó con él, me puso en un sofá y empezó a tocarme, aún recuerdo con claridad el sueño, pues lo que sentí fue completamente real y vívido. Allí se consumió la intimidad y el hombre desapareció en la mañana.


En ese preciso momento abrí mis ojos al mundo de la vigilia. Mi cuerpo palpitaba. La piel continuaba sensible con los rastros de lo que había sucedido. Estaba lavada en sudor. Me levanté de golpe de la cama a revisarme, estaba muy asustada, al parecer había tenido un encuentro sexual en los sueños que parecía haber sido real. Me bañé y temblaba, en ese momento se me cruzaba la vigilia con el mundo onírico. Revisé la puerta de mi habitación a ver si alguien había entrado. No había nada.

Había sido un sueño, pero, ¿por qué me sentía así? ¿qué había pasado?

Lloré un rato de los nervios y luego al aproximarse el amanecer, me acomodé para mi práctica. Y pues sí, como me habían dicho, como un borregito obediente, me puse el anillo.


En ese momento no sospechaba que lo que me acababa de suceder estaba directamente relacionado con el anillo.


Fui a la cocina, revisé que el Chai estuviera en cocción, que la casa se abriera y a la hora determinada iba a subir a la habitación del profesor para llevarle su Chai con almendras, ese día él no tenía que ir a jugar pelota.


Eso sí, aprendí a preparar el Chai más delicioso de la historia.


-¿Cómo pasaste la noche? ¡Cuéntamelo todo! ¡Cada detalle! Es muy importante lo que sucedió anoche porque el amuleto entraba en acción. Empieza a revelarme los misterios de tu psique -dijo el anciano.

-Pasé una noche muy extraña y quedé perturbada. Tuve un sueño del que no quiero hablar -le dije al mirarlo sorprendida.

-Tienes que contarme, tienes que confiar en mi completamente, no pueden haber secretos o intereses escondidos entre nosotr@s. -Es que es un sueño incómodo. Soñé que un hombre parecido a drácula, como el de las películas, me raptaba para tener sexo conmigo. -¿Lo disfrutaste? -Fue algo sin igual, aún lo siento en mi piel, pero me siento muy perturbada.

-¿Por qué la perturbación si fue tan sensacional?

No dije nada.


-¿Quién era el hombre del sueño? ¿A quién te recuerda? -me siguió preguntando.

-Esa es la razón más grande de mi perturbación, el hombre del sueño eras tú pero con diferente aspecto.


Él se rio y no dijo nada.

Me explicó cosas respecto a la energía sexual en el Tantra y me dijo que tranquila, que no había nada que temer, que el miedo y la perturbación eran porque yo tenía muchos traumas respecto al sexo. Me dijo que no pensara en eso y que me mantuviera presente.


Salí de su habitación y todo era muy raro. Yo estaba a punta de llanto todo el día, me sentía violada. No entendía por qué si solo había sido un sueño. En ese momento me empecé a sentir muy atemorizada, ¿será que es un augurio de lo que viene? ¿Será que ese anciano me va a violar? ¿Qué está pasando? ¿Serán mis traumas? ¿Traumas sexuales? ¿Cuáles?


Pepe me vio y me preguntó, ¿qué pasa? Le dije del sueño. En ese momento había una estudiante con nosotr@s, ella escuchó nuestra conversación y me dijo que eso no había sido un sueño si no alguna visita del maestro a través del cuerpo sutil. A mí me costaba pensar en ese escenario, lo dudé mucho. Ella fue muy insistente, además me dijo que ella se iba pronto y, que si quería, que me fuera con ella. Que el profesor muy seguramente quería tener sexo conmigo y que ese sueño era una advertencia. "Además yo he visto cómo se comporta, eso es abuso" me decía.


Era muy curioso el comentario de ella, pues ella era su estudiante hace tiempos, y lo más llamativo es que, después de haberme ido, ella quiso convertirse en la asistente del profesor, es más, creo que hoy ella es su mano derecha y ambos enseñan juntos en universidades de aquí de EEUU. Ella me impulsó a que me fuera y parecía muy interesada en mi bienestar, pero apenas me fui corrió en secreto a "auxuliar el anciano". Fueron tantos aprendizajes en uno solo que aún me sorprendo.

¿De dónde provienen las acciones de las personas?

¿Qué sucede en la psique individual?

¿Por qué la fragmentación?


Volviendo al cuento, ese día me sentía muy mal y estuve ausente, era algo extraño lo que me pasaba. El profesor me vió en la tarde y me dijo, "pareces enamorada como Sita de Rama", lo miré y no dije nada. Fue el comentario más incómodo, uno más de tantos que empezaron a aparecer.


-El viernes hacemos la ceremonia, y le diré a Pepe que se vaya a la playa a hacer su práctica del día -me dijo el profesor

-Para ese movimiento energético tenemos que estar l@s dos sol@s en la casa y nadie se puede enterar de que esa ceremonia va a suceder. Ese día también se iba la estudiante que estaba con nosotr@s.

-Bueno -inexplicablemente le respondí. Estaba muy nerviosa.

Le conté a Pepe y él no podía creerlo. Yo no le dije la mentira que me había dicho el profesor que le dijera a Pepe, le dije el hecho: que lo iban a mandar a la playa para que él pudiera estar a solas conmigo.


Pepe me dijo que si quería él se quedaba alrededor de la casa y que si yo necesitaba ayuda, que él iba a estar cerca.

Recuerdo la tensión de esos días, parecía una película.


Cuando el día llegó, le dije a Pepe que se fuera, que yo podía hacerme cargo de eso, y que no tenía por qué ser tan grave.


Pepe se fue a la playa, yo me quedé con el profesor. Llegada la hora de la ceremonia, él me llamó y me dijo que me pusiera el traje adecuado, era un tipo de sábana que se usa amarrada alrededor del cuerpo y nada más. Que me bañara y que me esperaba en el salón donde íbamos a realizar la ceremonia.


-Profesor, tengo que preguntarte algo.

-Adelante, lo que sea.

-¿tú usas estas ceremonias para acostarte con tus alumnas? Me miró y se sonrió sin dientes, estaba completamente mueco. -No, pero sí ha sucedido en el pasado. Fue así como empezó con mis dos ex esposas. Yo quería despertarles completamente la Shakti. No funcionó pero aún no pierdo la esperanza de encontrar una mujer que quiera y pueda hacerlo... Pero ese tema es muy delicado, se presta para malos entendidos y yo la verdad no quiero problemas. "Las mujeres son muy peligrosas".

Tiempo después me dijo que yo no me podía quejar de nada, ya que era yo quien había puesto pensamientos perturbadores en su cabeza-.


Quedé un poco más tranquila y en ese momento pensé, ¡ves Andrea, todo es imaginación tuya! Tal vez sí son condicionamientos machistas sobre el sexo. Entonces fui y me bañé, me puse la túnica y casualmente se me olvidó ponerme el anillo de nuevo.


Organicé todos los ingredientes de la ceremonia y lo que debíamos hacer. Lastimosamente estas páginas me quedan cortas para describir lo que fue esa ceremonia, pero para seguir concluyendo la historia, puedo contar que durante esa ceremonia me sentía como bajo el efecto de escopolamina, no podía decir u opinar nada. Estaba completamente sedada sin que me hubieran dado una sedación de ningún tipo, solo me habían roseado agua del Ganga -que yo misma había verificado en su pureza- y había recitado un par de mantras.

Bajo este estado difícil de describir, este hombre me propuso 40 noches y 40 días de entrega a él como su amante enamorada y que él se entregaría a mí como mi amante. "Era necesario que intercambiáramos fluidos para el avance espiritual". Yo no supe responder, estaba muy sedada, pero por la gracia de la vida respiré y le dije que no me parecía, que yo ya era su todo, que sería muy extraño agregarle el valor sexual. Él me dijo que bueno, que entendía mis miedos y restricciones, que qué lástima porque era una gran oportunidad.


En ese momento solo pensé en mis dos hermanas menores, me vi muy sedada, vi lo que me costó decirle que NO aún sintiendo asco de imaginarme tener sexo con él. Pensaba con angustia, ¿Será que mis hermanas hubieran podido decirle que no? ¿Será que hubieran caído bajo sus encantos? Me dio muchísimo dolor y miedo.



¿Cómo puede un hombre usar sus capacidad para algo así y en un ambiente que supuestamente es sagrado?

No es una denuncia, aunque podría serlo sin verguenza. Es un llamado al cuestionamiento no reactivo.

¿Qué es sagrado?


¿Qué sucede en nosotr@s que en todo momento estamos pensando en aprovecharnos de otr@s? ¿Por qué el desespero por tener más y mejor? ¿Tenemos tanta hambre?

¡Es el miedo!

¿Por qué estamos tan adictos al placer y rechazamos tanto lo que no nos genera placer?


Si eso ocurría en ese hombre al tener esas capacidades, ¿cómo me comporto yo?

En apariencia no somos lo mismo, somos diferentes. Pero en realidad somos la humanidad y como humanidad somos una gran unidad, ¿cuál es esa condición que nos pone en esas circunstancias de tal nivel de abuso y atrevimiento?


Desde ahí en adelante la estadía en esa casa se tornó en una pesadilla, y dos semanas después de luchar contra mí misma o contra el "hechizo" que me había puesto este hombre, me volé. Esas dos semanas después de la ceremonia viví sumergida en visiones, trances y una cantidad de experiencias que pocos me creerían, vi tantas mujeres en mi, vi películas de vidas ajenas, ¿o serán que fueron las mías pasadas? También fueron días en los que este hombre caminaba desnudo frente a mi y me hacía los comentarios más sobrepasados. Descubrí tantas mentiras, empecé a ver sin velos el mundo turbulento y corrupto en el que estaba metida.


Un día mientras practicaba la invocación del aOM, sentí que una cuerda se desvanecía, aquello que me ataba a él terminaba. Escuché una voz interior muy clara que me decía que mi labor allí había terminado. Ese día me sentí libre, compré un tiquete de avión, esperé a que este hombre se fuera y me volé.


Cuando este hombre se sentaba en su cojín de profesor, era un maestro brillante, era un sanador increíble, me explicó tantas cosas y me dio toneladas de conocimiento, también me demostró que eso de los poderes yóguicos es cierto y que tales son un gran reto para el ser humano.

Este señor me reveló que las personas a su alrededor darían lo que fuera por ser como él, por aprender de él y por tener un tantito de su energía. ¿Quién no quería ser tan poderoso como él si es que él tenía acceso a todo lo que deseaba? Ell@s también lo sostenían a él.


Ese señor me mostró que vivimos con hambre desesperada.


Vi el color humano, que parece que a veces tuviera mucha hambre. Este hombre poseía tanto dinero, capacidades, personas, de todo... pero parecía que tuviera tanta hambre como un habitante de calle que está muriendo de inanición.


Este señor fue el primero en revelarme cómo vivimos en una constante fragmentación basada en el miedo, que queremos ser seguid@s y tener seguidores.


Este hombre transformó completamente mi visión. Fue el detonante de tantos sucesos en mi vida, que tal vez no alcanzaría a contarlos todos.

Lo que vino después de volarme de su casa fue tal vez tan tenso como esos últimos días, él me siguió por meses para que regresara y cuando fui seria y cortante, me gané insultos y maldiciones. Mi reacción emocional fue de difícil navegación, cuando logré hacer el corte completo se desvaneció toda la fuerza física que sentí desde que empecé a vivir con él y mi salud decayó.


En ese proceso también pude ver cómo un conocido profesor de Yoga en Colombia también cae en la lista de personas que abusan a través del uso del conocimiento.


Aún queda mucho por contar, tal vez salgan más letras, tal vez no.


Lo más importante de esta recolección de datos no es la experiencia, es la pregunta.


¿Por qué estamos buscando seguir y ser seguid@s?


¿Irme en revolución frente a l@s que llamo abusador@s es la solución? ¿Creando nuevos grupos e ideales?


¿Qué valor tendría empezar a averiguar cuál es la dinámica que se mueve en mí como humanidad para que tengamos tantos casos como este?


Seamos la luz que tanto estamos buscando. Eso es Libertad.


Con el corazón cada vez más desnudo, Amargi.


ps: Ha pasado más de un año desde que esto sucedió y el ejercicio fue un relato tal cual la situación se dio. Esta situación ya no es, dejó la semilla del cuestionamiento no reactivo y propició una transformación inmensa. *Nombres y especificaciones de la historia han sido cambiados para la protección de la privacidad de las personas envueltas en la historia.

14 Comments


johanna.marti06
Aug 01, 2023

Gracias por compartir, por abrir tu espíritu. Siempre he admirado tu capacidad de cuestionar todo en medio de cualquier situación. Aún “hipnotizada” tu pensar te salvó. ¡Te quiero con mi alma!

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Si sofi hermosa. Fue el corazón que resonó a través del pensar, y me sacó de allá... aunque fue una lucha que no creo poder alguna vez describir del todo. Ha sido como un pasaje por un mundo fantástico jamás soñado. Gracias por leerme, me emociona mucho verte por aquí. ¡Te quiero tanto!

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erikaberenicerios
Jul 27, 2023

cómo dices , citas. , habemos mucha gente recién salida de esa condición que uno mismo se generó. Víctimas y victimarios, salir de esa realidad burda es el sesgo que me dejará seguir disolviendo cada día en lo profundo cuando vuelvo y hago ese papel. El viaje hacia la libertad apenas comienza…

Gracias Por reflejarte , no es la más pura expresión.

Allá nos encontramos, Dios mediante, en la más pura expresión. En la Luz.

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¡Gracias por leer erika!

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javieragon.sw
Jul 26, 2023

Honro tu vulnerabilidad y valentía para compartir este relato. Como siempre tienes el don de la escritura que te transporta la situación.

Qué tremendo todo lo que pasaste, espero que Pepe se haya liberado también de ese hombre 🙏🏻 Admiro tu capacidad de extraer las enseñanzas de una situación tan terrible.

Resueno completamente con las reflexiones acerca del hambre, el cuestionamiento desde nos movemos y los vacíos que buscamos llenar.

Te abrazo a la distancia 🫂

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¡Gracias Javiera! Me animas a seguir escribiendo. Mi querido Pepe se fue de esa casa a los días después de haber yo partido. Él dice que después de la pesadilla, las rabia, las lágrimas y la frustración, él recibió un regalo muy grande, el despertar de un eterno sueño. Seguimos siendo herman@s, aún en la distancia. Él se quedó a vivir allá, al otro lado del mundo de donde estoy yo ahora, aunque ha venido a visitarme una vez desde que eso pasó. Gracias por leerme y por tus palabras!


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Qué experiencia... Te leo y creo que podría estar en tu lugar... Es decir, ese anhelo por ir a lugares o conocer personas "más sabias"

Tanta información y desinformación

Tanto desear el conocimiento

Tanto oculto en la humanidad...

Sin palabras Andrea

Sin palabras 🤍

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Sí, creo que ha sido la experiencia de vari@s y much@s podían ocupar ese lugar... Y lo ocupan. ¿Puedes creerme que un colombiano me llamó a pedirme recomendaciones por que él le había pedido asistirlo? Parece que mi salida de su lado lo dejó muy solo y varias personas se movieron de allí. Y decidí contarle parte de la historia a este joven, igual me respondió que él estaba decidido a apoyarle y a acompañarle, que lo más importante era el aprendizaje y que por lo menos él tenía cuerpo de hombre y que creía difícil cualquier sobrepaso sexual. Quedé varios días movida por esa conversación, ... sin palabras como dices tú. Cada quien es libre, pero vale la pena…


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Wuuaoo Andrea, sin palabras! es tan profundo lo que cuentas, todos los cuestionamientos q nos hacmeos y como a veces caemos antes esas trampas mentales, tantas cosas... Admiro tu valentia, tu narrativa, tu gran corazón. Gracias por dar voz y romper tantas idealizaciones.

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Gracias a ti por leerme y por tu feedback. Que queden los cuestionamientos!

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