Quiero presentarte al Laboratorio de Observación. No te asustes con lo que lees, no lo imagines, si quieres, pregúntate, ¿es esto posible?
El Laboratorio de Observación
Es un espacio que habita en el corazón.
No fue pensado, fue descubierto. Laboratorio, porque es un espacio de exploración continua, no se usa para nada más. Es para la investigación que implica estar viv@s. La herramienta de observación es todo el ser, no solamente el intelecto. de Observación, porque no se realiza absolutamente nada más que observar. Observar es la acción, observar es la metodología, observar es la respiración de este espacio. Solo hay que añadirle que no se valora ni se condena la observación, aunque si se está en conjunto, se comenta sobre la observación, se indaga y se comparte lo explorado; se cuestiona, se siente, se atiende completamente. Este espacio no tiene espacio para los juicios de valor, a menos que sean para su atenta observación. Podríamos decir que este es un espacio de meditación. ¿Qué es lo que es meditación?
Al laboratorio se entra en desnudez, o se advierte que la desnudez sucede, pues para que se dé la observación, es absolutamente necesario desprenderse de precondiciones, deseos y objetivos que tinturen el observar. Este no es espacio para el entrenamiento científico y/o filosófico, no citamos a nadie y no hay referenciación. No vamos a confirmar una idea o a hacerla realidad, no vamos a verificar nada y mucho menos vamos a concluir. Vamos a explorar-nos y quien observa es lo observado. Si aquello que es observado es continuo, cambiante y dinámico, nuestra observación no puede ser conclusiva, pues si fuera así, se quedaría en el pasado, obsoleta y disfuncional.
Este no es un espacio de concentración donde haya un punto en particular al cual dirigirse o desde dónde dirigirse, es un espacio para estar completamente atent@, observante, sin ninguna limitante. Aquello que está siendo observado, está sucediendo en el preciso momento.
No es un espacio para el debate abierto de ideas y pensares, no es para la comparación de lo pensado ni se busca una mejor idea, no hay ganadores ni perdedores, sencilla y delicadamente se observa el hecho, lo que está sucediendo. No buscamos tumbar creencias o construir creencias, no es un espacio en donde creemos, es un espacio donde vivimos. No se produce nada ni hay un trabajo final. No es comercial, es decir, no se hace para obtener nada o algo a cambio. Es un espacio que no tiene un sentido mayor más que simplemente s e r . No esperes encontrar luchas de verdades aquí, pues ese conflicto es revelado ante la observación y allí, el conflicto simplemente pierde la fuerza.
Este espacio, al ser compartido, es un espacio de unión, es un espacio en el que sucede un encuentro verdadero para el disfrute de la exploración. Es una ociosa expedición, como quien ha llegado a un nuevo territorio. Es un espacio tan silencioso que no hay movimiento de la idea y la interpretación, sucede la observación que se expresa en la forma de un cuestionamiento no reactivo.
Es un espacio para observar y escuchar plenamente. No es un espacio de aceptación, concordancia y obediencia. Es un espacio de cuestionamiento no reactivo, lo que por supuesto, significa un espacio seguro; donde no saltamos de reacción en reacción, no hay violencia, tampoco miedo. Como no es un espacio de aceptación, es un espacio para el discernimiento.
En este espacio no es para convencerte de nada, mucho menos para el adoctrinamiento, es un espacio de simple, pero profunda observación.
Es un espacio realmente humano.
Es un espacio para observar la belleza, la belleza de lo feo y de lo bonito, de lo cómodo y lo incómodo. De lo que finalmente es la vida, del sufrimiento y del regocijo.
En este espacio no hay lugar para el aburrimiento, no adviene la imaginación, y si ocurre, es fácilmente advertida y observada como fenómeno revelador, así, tal vez nos demos cuenta de qué es vivir en incesante escape de la vida que somos. No es un espacio para la hiper - racionalización que es síntoma del miedo a vivir, es un espacio para sentir.
Este espacio puede ser incómodo y lo vamos a resistir porque ya pensamos que lo sabemos todo, porque hemos olvidado cómo pensar sin una referencia, sin ser aceptad@s por una autoridad, es que sin saber, ya estamos acontumbrad@s a que no hay nada por observar. Pero si nos atrevemos a habitarlo, y escuchar el susurro del vecino, el canto del sol al amanecer, el ladrido del perro, o el grito del doliente, podremos ver lo poco que conocemos el observar y que, vivir en libertad es simplemente ser-observar-se en integridad. Asimismo es comprendido cómo funciona la pesadez de caminar en medio de tantos límites, suponiendo que en algún momento sean ellos los que nos van a regalar la libertad.
En el laboratorio de observación, la actitud del cuestionamiento no reactivo revela ese espacio silencioso en el que todo habla, en donde el menor sonido, el menor movimiento es observado, y es gran revelación. La resistencia se pierde, no hay más deseo de huida y allí, todo es cobijado por la observación.
Este espacio es para vivir libremente la sensibilidad que implica ser human@s y así poder sentir-nos, observar-nos, y vivir-nos. Allí se hace claro el movimiento que hemos llamado pensar, las creencias, los sentimientos, las emociones, los deseos y todo lo que se mueve y ha sido causa ciega e inadvertida de quiebres interiores que anhelan integrarse.
Lo sé, suena complicado y no le conocemos, es que nuestra forma de vida es comercial, y lo que no es comercial, pues no se vende, no es atractivo y además, suena imposible, muy difícil. Pero sí sé que es una revolución que da nacimiento a un nuevo mundo, una revolución no reactiva. El laboratorio es un espacio de profunda soledad en la que se trabaja en conjunto, es decir, no hay con qué comparar, no hay qué patrón seguir, es independiente así como jamás aislado.
Apenas lo estoy explorando, lo estoy conociendo, y quisiera, si fuere posible, que lo exploraras conmigo. Es una invitación a conocer un espacio completamente desconocido, pero tan conocido como el interior de cada quien. Tan cómodo como nuestro hogar y tan incómodo como cuando apenas le estamos conociendo.
Definitivamente este es un espacio en el que no se trata el qué pensar, se trata el pensar como un arte que ocurre mientras se observa su mismo suceder. No es un lugar para aprender algo en particular, es un lugar para aprender-ser.
Es en realidad muy sencillo, el único requerimiento es estar realmente cargado de la energía de deseo por observar y explorar-nos. Para mí este Laboratorio es sinónimo claro y directo, sin condiciones, de autoconocimiento.
Gracias por acompañarme en este nacimiento equinoccial que, como muchos partos, ha sido completamente inadvertido y me ha llenado de vida.
Espero conocerte pronto,
Andrea.
Ps: no sobra jamás decir que este espacio surgió de avalanchas críticas en mi vida y el empujón inspiracional me lo ha dado a lo que admiro inmensamente, a las palabras de J. Krishnamurti.
❤️
Me llama mucho esta experiencia y quiero ser parte, solo que el momento elegido no está a disposición de mi parte.
Estaré atenta por posible cambio de hora o día.
Que estos encuentros sean conducentes a abrazar el ser.