"Al estar desnudo era totalmente vulnerable y, por ello, indestructible" Lo leí hace años en el diario de Krishnamurti, él se refería al amor. Estos días que Quirón está en estación, a punto de retrogradar en Aries, me he re-encontrado con esta frase, y ahora sí que me ha calado en lo más profundo.

Vulnerabilidad es un estado de ser.
Sí, yo sé que me han dicho que es una emoción, es más, que es la madre de las emociones. Traduce incertidumbre, exposición, apertura y riesgo; es la puerta para cualquier conexión y compromiso emocional.
Pero,
No es que tengamos momentos vulnerables o momentos invulnerables.
¿Cuándo estamos en vulnerabilidad y cuándo no? Si decido "ser vulnerable" ¿realmente lo estoy siendo? Si decido "no ser vulnerable", ¿es esto un movimiento real?
¿Es así?
Observo que la vulnerabilidad no es una decisión. Es un florecimiento. Es un florecimiento indicador de autoconocimiento. No es un resultado, tampoco un fin.
Es una renuncia que es simple y sencillamente una renuncia. No tiene una razón. Si la tuviese, ya no estamos hablando de vulnerabilidad, mucho menos de renuncia.
¿Se decide amar?
Funciona igual con la vulnerabilidad.
La vulnerabilidad es el estado en el que se encuentra un ser cuando está totalmente desnudo. Trasparente. Sin nada que esconder. Sin nada que tapar.
Sin nada que le interese en particular. Sin condiciones.
Simplemente es.
No tiene pretensiones en absoluto, tampoco tiene creencias que modelen su actuar. Tampoco hay una figura de autoridad que obedecer y que califique el actuar. Ya no está el maestro al que hay que complacerle u obedecerle.

Vulnerabilidad implica un estado de soledad perpetua, un estado completo, total. No es dependiente de nada, tampoco independiente de. Es completo.
Estado de vulnerabilidad implica la completa y absoluta, valga la redundancia, Libertad. Digo redudancia porque la Libertad es per sé completa y absoluta, no queda nada más.
La Vulnerabilidad implica la atención absoluta a lo que sucede aquí y ahora, no es respecto a algo en particular o con algún objetivo. No es para recibir aceptación o rechazo. No es para recibir perdones o amores.
No es un método o mecanismo de acción para acercarme a otr@, mucho menos a mí mism@. No es ningún mecanismo de manipulación, nada tiene que ver con la víctima o el victimario.
Vulnerabilidad es la profunda coherencia y honestidad. Esa que no tiene juicio ni razón acerca de nada en particular.
Es el famoso fluir que tanto se usa en el mundo de la espiritualidad actual.
Vulnerabilidad es ese estado que me abre ante lo completamente desconocido, de lo que soy, de lo que es el mundo.
Es terrorífico. Es terrorífico, porque es darle fin a lo que hemos conocido. Es abrirnos completamente a lo desconocido.
Es tan Uraniano por lo sorprendente y tan Saturnino por su madurez.
¿Cómo llegar a este estado? Como lo dije, no se llega a él, florece.
No hay un camino predeterminado.
No hay ninguna seguridad que nos lleve allá, sería paradójico.
Florece en la quietud de la desnudez. En el vacío total de las condiciones, pretensiones, predisposiciones, intenciones e intereses particulares.
Es en la quietud de la observación.
Vulnerabilidad es meditación. Aunque no refiero a la meditación de estar sentados con los ojos volteados, si no al estado de libertad.

Ahora, refiriendo un poco al lenguaje astrológico, en medio de todo lo que está sucediendo en el horizonte astral, -que no es poco-, Quirón cambia de dirección. Aparentemente pasa de ir hacia adelante a ir hacia atrás, repasando desde los 20° hasta los 15° de Aries. Más allá de lo que sucederá durante la retrogradación, que será muy interesante de estudiar, el simple hecho del cambio de dirección de este símbolo astrológico es todo un suceso en el mundo de cada quien, especialmente para quienes tengamos puntos especiales alrededor de los 20° de Aries. Este movimiento tiene un solo mensaje, el mensaje es una llave que abre el camino del florecimiento de la Vulnerabilidad como la caída del maestro y el ascenso del estudiante; es un mensaje que vendrá cargado de eventos, muy disruptivos, así como lo indica la foto de la carta del momento en que Quirón empieza a retrogradar.
Este momento, a través de cualquier evento Quironiano -asegurados-, llega la potencialidad de pararnos frente al espejo de la observación y ver con toda claridad que para el florecimiento humano es absolutamente necesario que muera el maestro, la figura de autoridad de la que dependemos, sea humana o simbólica, y así se diluya esa relación que muchas veces termina por convertirse en una dependencia no sana y que genera estancamiento, abuso y dolor; ambos roles, tanto el del maestro como el del estudiante terminan por convertirse en una lucha violenta. Bajo esta influencia quironiana viene el impulso interno que puede permitir que esta relación se transforme y se regenere, tornándose en una relación auténtica, que ya no implica dos en el que un@ está en subordinación de otr@.
La muerte de la figura de autoridad, de esa figura salvífica, así sea ésta en la forma un libro o un ser humano, no indica nada más que un cambio de mirada. Es el salto al vacío hacia la soledad que implica realmente comprometerme con el auto conocimiento en cada momento de mi existencia.
Significa soltar la autoridad y a cualquier otredad de la que se dependa, permitiendo así el nacimiento de una autodeterminación sana -nodo norte en aries-; siendo yo capaz de diluirme en la luz que estoy encendiendo para mi mism@; la luz que se conoce comúnmente como la del guía interior. Es la luz de la vulnerabilidad, la luz del amor.
En la mitología vienen muchos ejemplos de ese proceso de muerte de la figura de autoridad infalible y la ascención del estudiante; este movimiento no es que quien encarna al maestro muera y que quien encarna el estudiante crezca como lo había sido el maestro. Esto es mera retórica simbólica. En la mitología griega viene en particular la relación que mostraba Quirón con sus estudiantes, por ejemplo con Jason, a quien le dijo que partiera sin arrepentimiento de su lado; el estudiante dejó el rol de estudiante y el maestro también soltó el de él. El estudiante, trascendiendo su rol, partió a afrontar su encarnación en la soledad libertaria de su propia determinación; en su caminar se encontró con Juno, quien disfrazada de una anciana decrépita le puso un reto casi imposible de cumplir. Jason supo enfrentar la lección, atravesó un rio acaudalado con la anciana a cuestas para luego recibir los favores de esta diosa cuando él estaba cumpliendo su destino. Quirón sabía del destino de su pupilo, pero respetando la libertad individual de este, no interfirió con su camino, él tan solo supo darle las indicaciones exactas.
Este corto relato arquetípico nos revela lo que podría indicar el período de retrogradación de esta esfera celeste para cada un@ de nostr@s.
Invocando el permiso para que florezca el estado de vulnerabilidad. Invocando el permiso para que florezca nuestra humanidad sin temor.
La meditación es el florecimiento de la humanidad.
Amargi.
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